El Sábado día 11 de Julio se disputaba el Primer Descenso a Nado del Rio Ebro. La prueba solo estaba abierta para nadadores federados, y a mi se me ocurrió la feliz idea de decirle al entrenador que me apuntase. Cuando por parte de la federación confirmaron los inscritos y sacaron la lista de participantes, la engrosaban campeones de España de 1500m y algún nadador olímpico en relevos. Yo me cague por las patas abajo, quien me lo iba a decir a mi, acostumbrado a nadar larga distancia. Iba a estar dos días sin dormir por culpa del dichoso descenso. Cuando llego la tarde en cuestión, me dirigí hasta la salida “El Club Náutico” con mi familia y mis amigos Raquel y Manu, me puse mi bañador largo de profesional, eso fue lo que me salvo, ya que entre los participantes no dejaban de mirarme preguntándose de donde coño había salido yo, ya que no me conocían y hasta escuche algún comentario que decía que debían seguirme a mi, yo entre mi decía, “sisi, vosotros seguirme que ya veréis que risa”. A las 19 horas se daría la salida, por parte de los jueces nos explicaron el recorrido, había que llegar al embarcadero de Vadorrey, en total unos 1500m. Yo le dije al juez que yo iba a ir por donde mejor me fuera, para intentar aprovechar las corrientes, y los jueces no pusieron pegas. Tras dar la salida se formo un grupo de cabeza con unos 5 nadadores, justo detrás iba yo que intente apretar un poco para no perder mucho en esos primeros metros, y por detrás de mi iban el resto de nadadores, mi objetivo en esos momentos era no ser alcanzado por los que llevaba detrás, e intentar mantener la posición. Al final el ganador invirtió 15´mientras que yo acabe en 20´y en 8ª posición. Después de todo creo que el bañador largo sirvió para asustar al resto de competidores y que no intentaran seguirme de principio que fue donde eché el resto.
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